
Lactancia
Descubre qué esperar durante la lactancia y prepárate para cualquier eventualidad. Esta sección te proporcionará información clave para que estés lista para enfrentar cualquier desafío que pueda surgir.

Beneficios de la leche materna

La lactancia materna es mucho más que un proceso natural; es un vínculo vital entre la madre y su bebé que juega un papel esencial en su nutrición y desarrollo inicial. Aunque aprender a amamantar puede llevar tiempo para ambas partes, una vez que nace el bebé, tanto él como la mamá están listos para comenzar este hermoso proceso.
La leche materna es única en su composición nutricional y funcional, lo que la hace fundamental para el crecimiento y desarrollo del bebé. Además, se adapta dinámicamente a las necesidades en constante cambio del lactante, brindándole todo lo que necesita para crecer sano y fuerte. Es por eso que se recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, seguida de su continuación junto con la introducción de alimentos complementarios hasta al menos los 2 años de edad.
Dolor en la lactancia

El dolor al amamantar es algo común, especialmente durante los primeros días o semanas después del parto. Esto puede ser causado por varias razones, como una mala posición del bebé al mamar, un mal agarre del pezón, o incluso pequeñas grietas en la piel del pezón debido a la succión repetida.
Además, algunas mujeres experimentan sensibilidad en los pezones debido a cambios hormonales durante el embarazo y la lactancia. Aunque es normal sentir cierto grado de molestia inicialmente, si el dolor persiste o es intenso, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud o una asesora de lactancia para corregir cualquier problema subyacente y asegurarse de que la lactancia sea cómoda y exitosa tanto para la madre como para el bebé.
Congestión mamaria

Es una condición común que puede ocurrir durante la lactancia materna cuando los conductos de leche se obstruyen y los senos se llenan excesivamente de leche. Esta obstrucción puede ser causada por una variedad de factores, como la producción excesiva de leche, la alimentación irregular del bebé, la succión ineficaz, el uso infrecuente del sacaleches, o la presión indebida sobre los senos.
Los síntomas de la congestión mamaria pueden incluir senos doloridos, hinchados, tensos y sensibles, así como enrojecimiento en la piel sobre la mama afectada. En algunos casos, la congestión mamaria también puede estar asociada con fiebre baja y sensación de malestar general.
Algunas estrategias útiles para aliviar el dolor incluyen: amamantamiento frecuente, compresiones mamarias, masajes, aplicación de calor, descanso y cuidado personal.
Infecciones

Durante la lactancia materna, las mujeres pueden enfrentar varias infecciones mamarias que pueden afectar la salud y la comodidad tanto de la madre como del bebé. Algunas de las infecciones más comunes durante este período incluyen:
Mastitis: Es una infección mamaria común que puede ocurrir durante la lactancia materna. Esta infección generalmente es causada por bacterias que ingresan al seno a través de grietas en los pezones o conductos de leche obstruidos. Los síntomas de la mastitis incluyen enrojecimiento, hinchazón, sensibilidad y dolor en la mama afectada, fiebre, escalofríos y sensación de malestar general.
Candidiasis mamaria: Es una infección por hongos que puede ocurrir en los pezones o en los conductos de leche durante la lactancia. Esta infección puede ser causada por el crecimiento excesivo del hongo Candida albicans en el tejido mamario. Los síntomas de la candidiasis mamaria incluyen dolor, picazón, enrojecimiento y sensación de ardor en los pezones y en la mama.
Absceso mamario: Un absceso mamario es una acumulación de pus en el tejido mamario que puede ocurrir como complicación de la mastitis no tratada. Los síntomas incluyen un área dolorosa, caliente y sensible en la mama, fiebre, escalofríos y sensación de malestar general.
Producción baja de leche

Uno de los primeros desafíos que enfrentan las mamás durante la lactancia es la producción baja de leche materna. Hay varias razones por las cuales una mujer puede tener dificultades para producir suficiente leche. Una de ellas puede ser un agarre deficiente del bebé durante la lactancia, que puede ser causado por una posición incómoda o diferencias anatómicas en el pecho. Esto puede reducir la estimulación adecuada del pecho y disminuir la producción de leche. Además, si los senos no se vacían regularmente, puede provocar congestión mamaria, lo que a su vez puede disminuir la producción de leche al enviar señales al cuerpo para reducir la liberación de prolactina, la hormona que regula la producción de leche.
El estrés, la ansiedad y ciertas condiciones médicas preexistentes, como el hipotiroidismo, también pueden afectar la producción de leche al inhibir la liberación de prolactina. Es importante recordar que cada mujer y cada experiencia de lactancia son únicas, y buscar apoyo de un profesional de la salud puede ser fundamental para superar estos desafíos.
Asesores de lactancia

Una recomendación clave de los profesionales es buscar ayuda de un servicio de asesoría en lactancia. Estos servicios ofrecen orientación especializada y apoyo tanto para las madres como para los padres durante el proceso de amamantamiento. Además de ayudar a identificar posibles complicaciones, brindan conocimientos sobre técnicas de lactancia para hacer que esta etapa sea más fácil para la nueva mamá.
La asesoría en lactancia es esencial para las nuevas madres, ya que les proporciona información valiosa y apoyo práctico para garantizar una experiencia positiva con la lactancia materna. Este servicio les guía en la técnica adecuada de amamantamiento, les ayuda a superar desafíos y a establecer un vínculo afectivo con su bebé. Además, contribuye a reducir el estrés y promover la salud física y emocional de la madre al ofrecer un espacio seguro para compartir preocupaciones y recibir el apoyo necesario.